EL AÑO QUE NOS ARREBATARON

02.09.2020

"La destrucción sistemática del medio ambiente es la prueba de que no creemos en la mortalidad: no importa si matamos la naturaleza, porque es la sola manera de realizar la acumulación de capital, nuestra eternidad. Pero la pandemia nos obliga a reconocer que la muerte existe, que es el destino de cada ser viviente. La abstracción ha perdido su potencia, el dinero no puede nada frente a la muerte. El problema es que no estamos hablando (sólo) de la individual, estamos hablando de la extinción del género humano como horizonte de nuestra época".

Franco "Bifo" Berardi,

"Asistiremos al colapso final del orden económico global"-


Viernes 20/3/2020

Como a tantxs compatriotas, la ficha nos fue cayendo despacito. A mí me ayudó mucho a interpretar la situación la ocurrencia del compañero Carlos Aznárez, que tuvo a bien comparar nuestro aislamiento con el de Juan Salvo, El Eternauta. Primero fue la perplejidad ante el nuevo escenario, luego la curiosidad por indagar en la naturaleza del agente contaminante, y por último la disposición de acatar las instrucciones de la cartera de salud.

Adulto mayor - y, por ende, población de riesgo -, me recluí la misma tarde en que se recomendó abandonar los espacios públicos. Ese mismo día mantuve un accidentado intercambio con compañeros de militancia tan desacostumbrados como yo a vincularse por Skype a través de un ordenador.

En la víspera, la hija de mi esposa, que nos venía acompañando, debió volver a casa de su padre - donde reside provisoriamente - hasta mudarse al departamento que acaba de alquilar, y que quién sabe por cuánto tiempo no podrá ocupar. A partir de entonces, mi único contacto directo es con mi esposa y con nuestra perrita.

La última vez que me expuse fue hace una semana, viajando en tren con un calor bochornoso a la localidad de Tigre para fallar en un concurso de Videos por la Memoria. En dicha ocasión toqué pasamanos y barandales, mantuve contacto directo con terceros, y compartí una ronda de mate. Culminando la semana entrante comprobaré si soy portador asintomático o si la suerte estuvo de mi parte.

De momento, hago mandados en un circuito de dos o tres cuadras a la redonda. No creo que por mucho tiempo: La paranoia del vecindario ya condujo a denunciar a un vecino que llegó de España y circuló por el barrio sin tomar recaudo alguno. La prédica mediática convierte a lxs adultxs mayores en un peligro ambulante, y parece faltar poco para llegar a una situación digna del "Diario de la Guerra del Cerdo", de Adolfo Bioy Casares.

En consecuencia, hubo que fijar reglas y adoptar un protocolo hogareño más estricto, delegando en el habitante más joven de la casa - en este caso, mi esposa - el contacto con el exterior, lo que me obligó a compartirle el PIN de mi tarjeta de débito. Debo confesar que, hasta que vuelve de sus excursiones de aprovisionamiento, que acordamos encarar una vez por semana, sufro más que lxs protagonistas de las incontables distopías apocalípticas que viene produciendo Hollywwod de un tiempo a esta parte. Cuando regresa me relajo, y es entonces que ponemos en práctica todos los recursos de desinfección posible antes de su ingreso al hogar.

No es un hecho menor que la emergencia nos encuentre con un acumulado de alrededor de un centenar y medio de películas de género diverso bajadas de internet. Dejo constancia de que aún no pagamos el servicio del mes, pero parecería que algunos proveedores se cuidan al extremo de cortar suministros elementales para la supervivencia y comunicación en situación tan atípica, digna de Robinson Crusoe.


Sábado 21/3

Primera misión de aprovisionamiento de mi esposa a bordo de su bici, manteniendo el distanciamiento social y guardando todos los recaudos para ingreso al hogar.

Las redes sociales rebalsan de mensajes a cual más alarmista, chistes de mal gusto, e "informes" de dudoso origen que recomiendan absurdos métodos para burlar al flagelo en expansión: No bien llegan se borran automáticamente.

Seguimos militando, aunque en forma no presencial. Nos logueamos en la aplicación Zoom Meetings y conseguimos entendernos con más facilidad, sorteando el incómodo delay del Skype. Nos pesa atravesar una fecha tan cara como el Día Nacional de la Memoria sin abrazarnos en la Plaza de Tod@s.

El vecino con que compartimos la Nochebuena propone devolvernos los tuppers que quedaron en su casa. No va a reconocerlo nunca porque es un duro... pero lo que precisa es ver un rostro amigo. Y concretamos el trámite a distancia, desinfectando también la bolsa de nylon en la que devuelve esas vituallas.

En el grupo de watsapp Vecinos en Alerta circula el comentario de que anoche en las inmediaciones se celebró una fiesta, e intentaron denunciarlo sin suerte a través de los números telefónicos difundidos a tal efecto. En las grandes crisis aflora lo más mezquino y lo más altruista de la condición humana.

Domingo 22/3

Mi hija mayor, que sometió su cuerpo a toda clase de tratamientos de fertilización asistida, y al cabo de ocho años dio a luz una preciosa beba, nos da los Buenos Días enviando por watsapp un video de Aurora, cuyo nombre - según la Real Academia Española - significa:

  • 1.

Luz sonrosada que aparece en el oriente inmediatamente antes de la salida del sol.

  • 2.

Principio o primeros tiempos de una cosa.

Imposible no desear con fervor, aún sin expresarlo, que esa pequeña herede un mundo más habitable que el que nos toca, ahora que la desaceleración de la economía global viene clareando cielos y cauces de agua, y apiadándose de numerosas especies vivas.

La familia más humilde de la cuadra no acusa recibo de la dimensión de la pandemia. Como todos los domingos, reúne a varias generaciones de parientes, mantiene niños jugando en la puerta de casa, y aporta una algarabía que rasga el silencio sepulcral reinante en el barrio. Habilita a interrogarse cómo superarán este trance quienes sobreviven con algún rebusque.

Como contracara de ello, vecino dicharachero comparte - nuevamente por watsapp - imagen panorámica atiborrada de personajes (al estilo de Buscando a Wally), y propone deducir a qué bandas de rock corresponde cada ilustración. El pasatiempo nos da la oportunidad de sentir que atravesamos la tarde "en compañía".

Siguiendo la lógica de crisis y oportunidad, nos preguntamos si ante la emergencia el gobierno nacional optará por decretar el Estado de Sitio para poner en caja a lxs numerosxs infractores/as a la cuarentena que aún minimizan este drama, o apelará a las incontables organizaciones sociales que lo apoyan para organizar una red comunitaria que evite el riesgo de que se cometan abusos de poder.

A los ojos de numerosxs analistas, el escenario generado por el COVID - 19 también permitiría barajar la posibilidad de exigir la condonación de la deuda que padece el mundo periférico. Pero aún se ignora cómo procederá al respecto el Norte Global, principal portador del virus que nos mantiene presos en nuestros domicilios.


Lunes 23/3

El infierno más temido: Amanecimos sin energía eléctrica. Hoy la globalización es un celular cargado. Preferible no pensar en que esta situación se prolongue. Viviendo en la zona menos cool de City Bell, sólo contamos con agua de pozo, y su reserva nunca dura más de un día, caso en el cual el hogar se torna inhabitable, con el riesgo que en estas horas conlleva buscar hospedaje en casa ajena.

Información fiable augura que, para no colapsar el sistema sanitario - falto de recursos por años de demolición neoliberal - la cuarentena bien podría llegar hasta el verano. Si nuestrxs antepasadxs sobrevivieron a otras crisis con recursos mucho menos sofisticados, prevaleceremos a la antigua.


Juego con mi nieto de tres años por videowatsapp, y su sorprendente adaptación al medio me ayuda a extrañarlo menos. Como para gran parte de la infancia actual, sus personajes predilectos son los zombis. Afortunadamente, está lejos de asimilar el presente a la serie The Walking Dead. Pero su abuelo no consigue evitarlo. Se torna inexorable entonces recordar cuando tomaba un seminario intensivo para guionar series de TV con la productora Underground, de Sebastián Ortega, y el docente a cargo - Jorge Maestro - consultó a lxs inscriptxs acerca de qué serie preferían. Todxs aludieron a producciones serias, como The Crown, Orange is the New Black, o Peaky Blinders. Yo me hice cargo de la que se ocupa del más popular apocalipsis zombi. Siendo el mayor de la clase, todo el mundo se volteó a mirarme y un atronador silencio inundó la sala. Tal vez la vergüenza me impidió aclarar que en mi saga predilecta los muertos vivos constituyen un recurso absolutamente irrelevante, utilizado como pretexto para experimentar cuánto podría prolongarse el apego a una conducta civilizada en un contexto de crisis humanitaria extrema. George A. Romero, padre de esas criaturas, declaró que para él siempre constituyeron la metáfora de lxs condenadxs de la tierra. Ojalá su visionario aporte a la cultura popular no tome cuerpo en el contexto que atravesamos, si las fuerzas de seguridad reciben carta blanca para perseguir y verduguear a posibles infractores/as de la cuarentena condenados a incumplirla para ganarse el pan.

Martes 24/3

Jabón, alcohol, lavandina... cada vez desinfectamos más cosas. Para que no decaiga, nos organizamos como lxs presxs: Poner el despertador a las 8 AM, mantener una rutina gimnástica liviana, comunicarnos con la familia en lo posible viéndonos las caras.

El caudal informativo sobre la pandemia continúa hipotetizando conspirativamente sobre su posible origen, pero cuesta mucho en cambio dar con información científica veraz que contribuya a confirmar o no si nuestra vida nunca más se parecerá a lo que antes era.

Mentiría si no confesara que, en mis momentos más oscuros, me he imaginado en la sala de guardia de un hospital público falto de recursos, dispuesto a aceptar estoicamente que el único respirador en danza se invierta en salvar la vida de alguien con la edad de mis hijxs. Pienso que en estos casos una formación religiosa o militante puede ayudarnos a asumir con sensatez una suerte adversa. Desde luego que, a quien no carga con la experiencia de haber estado cuanto menos dispuesto a guardar silencio ante la tortura para salvar a sus compañerxs, le resultará mucho más difícil compartir tal decisión ante semejante disyuntiva.

Miércoles 25/3

Hoy se me ha hecho inevitable evocar los buenos momentos compartidos en familia, como si se tratara de sucesos ocurridos en un pasado remoto. ¿Cuánto hace que celebramos juntos la Nochebuena, festivamente como elegía mi madre?

Dijo algún sabio que "lo pequeño se hace grande cuando lo grande no existe". A la luz de dicha sentencia, cómo no felicitarnos de haber visitado el mar con enorme sacrificio económico, aunque en un balneario modesto y en pleno mes de marzo.

La costa atlántica nos perteneció durante un breve lapso de existencia del tamaño de la dicha. Salvados de una rutina circular y barriendo bajo la alfombra todas las deudas, fuimos jóvenes y bellos una vez más.

Hace mucho menos aún que celebré durante cuatro horas el cumpleaños de un dinosaurio de mi nieto. En su habitación, no a través de ninguna pantalla, grande o pequeña. ¿Cómo será la vida que nos espera, si salimos airosos de este trance, y somos capaces de volver sobre nuestros pasos hasta la projimidad que practicaba el cristianismo primitivo?

Hoy la mujer que amo me contó que, mientras mateaba en el porsche inundada de silencio, escuchó el mugido remoto de una vaca.

Jueves 26/3

Contestes de que, según todas las fuentes confiables, la cuarentena va para muy largo, tutorial mediante hemos regularizado una sencilla rutina gimnástica para tonificar músculos y mantener cierta elasticidad. Al cabo el ser humano es una criatura trágica, consciente de su finitud y soledad en el universo conocido, que requiere de ciertas convenciones para mantener la cordura, de ahí que la medida de un día equivalga a un giro de la tierra sobre su eje imaginario, y cosas por el estilo.

Hoy me dio por pensar en las luces y sombras de la nueva longevidad. Por una parte, la innovación tecnológica en materia de salud permite que cada vez más adultos mayores arrime al siglo de edad; por otra, el sistema inhumano en que vivimos hace que funcionarios como Christine Lagarde - ex directora del FMI - sostenga que cada vez hay más viejos y resulta oneroso ocuparse de ellxs, y que neandertales como Dan Patrick - vice gobernador de Texas - declare que "los abuelos deberían sacrificarse y dejarse morir para salvar la economía en bien de sus nietos y no paralizar el país". Esa era la suerte que corría, motu proprio, el personaje encarnado por Edward G. Robinson en el filme "Soylent Green", traducido al español como "Cuando el futuro nos alcance", distopía dirigida por Richard Fleischer, donde en una megalópolis superpoblada rige la eutanasia voluntaria para lxs ancianxs que se consideren un lastre para los suyos.

Entiendo que, si los países periféricos no se adaptan velozmente - y en la medida de sus posibilidades - a esta circunstancia inédita, evidentemente se convertirá en una suerte de reseteo global que descartará enormes contingentes de gente vulnerable.

Mañana se cumple una quincena desde la última vez que me expuse. Si soy un portador asintomático, el virus debería hacerse notar.

Viernes 27/3

Afortunadamente, no tengo fiebre, ni tos seca, ni dolor de pecho... pero he escuchado a médicos decir que la incubación del virus dura entre 15 y 27 días, de manera que "seguimos participando".

Conteste de mi vulnerabilidad ante el mismo, consideré justo que, aún así, en las salidas de casa no se exponga exclusivamente mi esposa. Y me di a la tarea de conseguir efectivo, ya que - como es sabido - en las proveedurías de barrio no hay posnet y todo se abona cash.

Hacía una quincena pues que no me aventuraba tan lejos del hogar, y hacerlo me sirvió para modular la paranoia que tanto promueven las redes sociales. Recordé entonces que, en uno de los libros de la saga soviética de Alexander Beck ("Los hombres de Panfilov en la primera línea"), el jefe de la tropa - Baurdjan Momish Ulí - exhortaba a los miembros del Ejército Rojo a emboscar al enemigo la noche previa al ataque previsto, a los efectos de perderle el miedo, constatando que aquel sangra igual que la fuerza propia. El día anterior a mi reingreso al país al cabo de un breve lapso de instrucción para combatir a la dictadura, atento a aquel ejemplo, hice lo propio: Crucé la frontera yendo de compras, y constaté que los controles militares no eran tan estrictos como creíamos. Evoco aquellas circunstancias porque mi periplo de esta jornada me permitió advertir que mucha gente no ha dejado de circular, ya con el propósito de aprovisionarse, ya con el de hacer interminables colas frente a los cajeros automáticos guardando los dos metros aconsejados entre persona y persona. En este momento carece de toda originalidad comparar los paisajes que impone la pandemia con los de las más alarmantes escenarios profetizados por la ciencia ficción (calles vacías, afiches de eventos clausurados por la cuarentena, algunos barbijos y guantes de látex), pero igualmente colijo que tardaremos en asumir que aquel mundo en que vivíamos ya nunca volverá a ser el mismo.

Por lo pronto, estimo que el gobierno debería ensanchar su perspectiva revisando decisiones fallidas como depositar el pago a jubiladxs, pensionadxs, y beneficiarixs de AUH u otros planes en la misma fecha, porque medidas como esa han expuesto notablemente a sectores de la población sumamente vulnerables. Si se continúa contemplando la realidad por el ojo de la cerradura por donde nos permiten asomarnos los medios hegemónicos, sólo veremos aplausos al personal sanitario y coros solidarios brindándose ánimo desde los balcones de las clases pudientes.

Sábado 28/3

Estamos desarrollando la inventiva para realizar en casa tareas que antes realizábamos afuera. Hoy mi esposa me cortó el cabello ciñéndose ajustadamente a mi encargo. Mientras lo hacía, tuve tiempo para recordar la peluquería de infancia a la que me llevaba mi padre. La memoria me la devuelve como a la escena de un tango. Todos allí eran viejos, y muy especialmente Don Méndez, el fígaro que nos atendía. A la luz del Siglo XXI, aquellos fomentos realizados a toalla tibia sobre el rostro sólo pueden ser evocados en blanco y negro. Pero la imagen más fuerte que el trance descripto me permitió recuperar fue el juego con el que me entretenía, bajando la vista para leer una y otra vez, del derecho y del revés, la marca de aquel cómodo sillón giratorio, grabada en su apoyapiés de hierro forjado: California / Ainrofilac. Así como El Ciudadano Kane de Orson Welles atesoraba como recuerdo de infancia la palabra Rosebud (nombre que le diera a su primer trineo), y el cineasta interpretado por Marcello Mastroianni en Fellini 8 y ½ rememoraba cuando de niño era bañado por su madre mientras repetía como un mantra el silabeo "asa nisi masa" (ánima, en una suerte de jeringoso peninsular), el recuerdo de aquel entretenimiento me quitó por un instante más de medio siglo de encima.

Domingo 29/3

El segundo domingo bajo la cuarentena torna inevitable recordar las convocatorias familiares plenarias, ya para celebrar alguna efeméride, aniversario, o bien por el sólo gusto de llevar a cabo ese encuentro que permite constatar el bienestar de lxs propixs. Porque es así: Lxs humanxs somos ritualistas. Para esperar al/la nuevx con el ajuar en condiciones, para pasar revista a aquellxs sin cuya cercanía vivir carece de sentido, y para cafetear la noche entera comprobando que el ser querido nunca volverá a moverse.

Imposible dejar de reparar en cuánto gratificaba la modesta costumbre de compartir un choripán bajo la arboleda en una parrillita rutera. Equivalía, sin ir más lejos, a ratificarse humano y no engranaje. A dar el "presente" a la vida. A decirse "sigo aquí, y no me rindo".

Lunes 30/4

Hoy me alentaron a publicar este diario. No estaba seguro de hacerlo. Porque para uno, en las actuales condiciones, puede ser catártico y hasta formar parte de una rutina productiva. Pero, aunque se le busque una cierta universalidad, nunca dejará de ser un texto autorreferencial. Y alguna vez ha cantado Silvio Rodríguez: "Yo sé que a nadie / le interesa / lo de otra gente / y su tristeza".

Paradojas del capitalismo periférico: Nos estamos cuidando al extremo del COVID - 19... pero vivimos en una zona semi rural, el pasto aún crece con fuerza, no tenemos cortadora de césped, y el dengue también acecha. En un barrio castigado por robos frecuentes, acaso no hayamos desatinado demasiado en cifrar la seguridad de nuestro domicilio en forjar una estrecha relación con el vecindario - cualquiera fuera su extracción social - en vez de pertrecharnos en una armería. Así, bien puede uno agenciarse al menos una bordeadora a través del alambrado lindero. En la emergencia pues, se cosecha lo sembrado.

Me apresto a encarar on line la segunda reunión militante del día, en procura de intercambiar criterios para sobrellevar la situación en las zonas más precarizadas del conurbano bonaerense, cuando comienzan a llegarme por watsapp videos sobre saqueos a supermercados en la localidad de Pergamino. La peor pandemia es el hambre, porque no se ciñe a ninguna cuarentena.

Martes 31/3

La dramática originalidad y el vertiginoso ritmo de los acontecimientos que venimos protagonizando han contribuido a alterar la lógica con que venía administrando mi blog personal, consistente en publicar un editorial de análisis mensual. Habitualmente, durante la primera mitad del mes acostumbraba a puntear los tópicos que me resultaba relevante considerar, a los efectos de ir armando el esqueleto de lo que habría de ser el texto final. Pero de un tiempo a esta parte todo lo ensayado me resulta prontamente perecedero. Siento que hasta la prospectiva más audaz que sea capaz de arriesgar mi modesto intelecto caduca de inmediato. Y hete aquí que tal fenómeno me viene llevando a postear varias veces al mes con el fin de convidarle al puñado de interesadxs que me lee la más fresca de mis conjeturas. No es ninguna novedad: En el Siglo XXI la vida transcurre en cámara rápida, y quien no se adapta queda en el camino.

1/4

A primera hora del día, lxs enfermxs de COVID - 19 en Argentina son 1.057 y lxs muertxs 27.

Nuestra tercera expedición desde que comenzó la cuarentena estaba prevista para hoy, pero el pronóstico de tormentas impide que mi esposa cobre y retire efectivo por cajero, en tanto acostumbra trasladarse en bicicleta y el clima lo complicaría notablemente.

Algunxs infectólogxs aventuran que el lunes 13 de este mes podría comenzar a levantarse gradualmente la cuarentena, no necesariamente para la población de riesgo. Ojalá así sea, tarden lo que tarden en volver, echamos de menos los abrazos y los besos.-

¿Continuará...?


JORGE FALCONE

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