ADELANTO DE ANTOLOGÍA EPISTOLAR 

17.10.2020

"La distancia no es un problema.

El problema somos los humanos,

que no sabemos amar sin tocar,

sin ver o sin escuchar.

Y el amor se siente con el corazón,

no con el cuerpo".


Gabriel García Márquez



INTRODUCCIÓN

El siglo XX vivió el momento de máximo apogeo del género epistolar, convertido incluso en una forma más de literatura cultivada por numerosos escritores. Ahora, cuando ese formato sucumbe víctima de WhatsApp y Skype, la correspondencia de muchos autores resurge en forma de libros: retratos de una época y sus protagonistas

En el año 2001 la Editorial De La Campana (La Plata), gracias a la generosa intercesión del compañero Roberto Baschetti, me publicó una crónica testimonial novelada sobre mi experiencia militante, bajo el título de "Memorial de Guerralarga".

La correspondencia que ahora pongo a vuestra disposición puede ser leída como una adenda de aquel libro.

Tal como Tolkien subtituló "El Hobbit", puede decirse que se trata de la "historia de una ida y de una vuelta", en tanto comienza durante mi lucha antidictatorial clandestina en el conurbano bonaerense, y culmina en ese mismo escenario, al cabo de un período de algo más de año y medio de intentos de reorganización en el exterior, pasando por el Paraguay de Stroessner, el Brasil de Geisel, la Suecia de Olof Palme, la España de Adolfo Suárez, y el México de López Portillo.

Mi YO de esta odisea es menor que la menor de mis hijxs. Ya que - como sostenía Ortega y Gasset - uno es producto de sus circunstancias, y lxs hijxs de la última ofensiva estratégica del pueblo argentino sobre los grupos económicos de la oligarquía fuimos producto de otro sistema-mundo bien diferente al de los milennialls, leído con ojos jóvenes este material pondrá en evidencia dicho contraste.

Adso de Melk, el personaje que Umberto Eco imaginó como entenado del astuto franciscano William de Baskerville en su célebre novela "El Nombre de la Rosa", culmina ese relato en primera persona con una frase que me produce enorme identificación a la hora de presentar estas cartas: "Cuando ya nos separamos, me regaló sus anteojos. Yo aún era joven, dijo, pero algún día serían útiles. Y de hecho, ahora los llevo sobre mi nariz mientras escribo estas líneas".

Los que yo luzco no fueron cedidos por ningún mentor. Más bien los debo a una indomable pasión por el dibujo, que durante mis años mozos cultivé con una concentración absolutamente ajena a la paulatina agonía de la luz natural.

Cada vez que se hacen públicos textos de carácter personal, se corre el riesgo de caer en la "literatura de consorcio". Esto es, de explayarse en nimiedades incapaces de interesar o emocionar a quien lee. He procurado obviar todo lo pasible de considerarse íntimo, salvo en los casos en que algún detalle estuviese en condiciones de aportar alguna dimensión histórica o sociológica interesante desde la mirada presente.

La serie de misivas que he recopilado requerirá inferir voces que están ausentes, en tanto aquí habla exclusivamente un remitente, sin respuesta de sus destinatarios. Sucesivas mudanzas por el momento me han desencontrado con las devoluciones que iban produciendo mis padres, pero no será difícil deducirlas merced al riguroso ordenamiento cronológico de este cuerpo textual.

Como todo relato de cierta densidad dramática - y se verá que este la tiene -, el presente aporta varias capas de lectura. En principio, la de la evolución de la conciencia política de sus protagonistas, la de las disímiles circunstancias que aporta cada sitio de acogida, y fundamentalmente la que refiere al eco de lo que va ocurriendo en esa Patria distante a la que permanentemente se procura retornar.

Hay dimensiones que sorprenden al propio compilador.

En el plano ideológico, por ejemplo, hoy gratifica comprobar que nunca confundimos el rostro más humano del capitalismo escandinavo con la utopía socialista que perseguíamos.

En el plano político, se torna ineludible cotejar aquella vaga intuición sobre el funcionamiento de un plan continental de persecución, captura, interrogatorio y exterminio de opositores establecido por la Doctrina de Seguridad Nacional, con las certezas con que hoy contamos sobre el Plan Cóndor, a partir de las sucesivas desclasificaciones de documentos reservados producidas desde 2019 por el Departamento de Estado Norteamericano y sus respectivos Servicios de Inteligencia.

En un plano sociológico - y volviendo sobre la a menudo olvidada Teoría de la Dependencia -, ante la temprana percepción de la asimetría en materia de desarrollo entre los pueblos del Norte y del Sur Global, provocará cierta hilaridad constatar nuestra sorpresa frente a determinados adelantos tecnológicos que hoy son moneda corriente. Pero eran inimaginables hace 40 años para lxs americanxs del sur.

Y en el plano de lo personal - que, como sostiene el feminismo, siempre es político -, tampoco pasará desapercibida la dimensión trágica de estar haciendo múltiples gestiones internacionales aún durante los años 80s para garantizar la vida e integridad física de una hermana ejecutada cinco meses después de su detención, ocurrida en septiembre de 1976. O el constante aliento de esperanza suministrado a los padres, a contrapelo de una realidad nefasta, que fue minando la voluntad de vida de mi progenitor. A propósito de lo cual, se advertirá que el último envío está dirigido exclusivamente a mi madre.

Pero, por el contrario de lo que pueda esperarse de un corte temporal tan terrible para la historia del país, quien se interese por ingresar al universo de nuestras vicisitudes militantes y las respectivas resoluciones que les fuimos encontrando, puede contar con la más absoluta garantía de que en las páginas siguientes no faltará el humor, que como bien dicen, es el mejor antídoto frente el horror.-

EL AUTOR

© 2020 Jorge Falcone. Todos los derechos reservados.
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar